Esos polvos rápidos, casi mecánicos y en ocasiones repulsivos o llenos de culpa y remordimiento que ejecutamos en el sitio más infame, víctimas de la prisa, de la curiosidad, o bien por vanidad, pena o despecho.
También esos que sobrevienen a una borrachera, o que surgen por no t
ener donde caer muerta en una noche fría, lejos de casa y sin un céntimo en el monedero.
Quisiera saber cómo recuperar las amistades y relaciones arruinadas por este tipo de coitos insignificantes,
cómo coser tantas medias rotas,
cómo recobrar tantas llaves y móviles extraviados
y otras cosas más importantes, como el honor, el orgullo y la estima.
Cómo borrar de la memoria tantos residuos y poder decir en voz alta y clara: "Siempre fui dueña de mí misma y mi cuerpo es mi templo".
Aunque sea mentira...
Ana Elena Pena, "Antídotos contra la belleza" (Plaquette en proceso)
Quisiera saber cómo recuperar las amistades y relaciones arruinadas por este tipo de coitos insignificantes,
cómo coser tantas medias rotas,
cómo recobrar tantas llaves y móviles extraviados
y otras cosas más importantes, como el honor, el orgullo y la estima.
Cómo borrar de la memoria tantos residuos y poder decir en voz alta y clara: "Siempre fui dueña de mí misma y mi cuerpo es mi templo".
Aunque sea mentira...
Ana Elena Pena, "Antídotos contra la belleza" (Plaquette en proceso)