Estas son algunas imágenes del recital de poesía que tuvo lugar el sábado 12 de mayo en el Centro Párraga, Murcia, donde hacía una calorina impresionante. Tanto Luna Miguel como su familia y el resto de participantes, estuvieron encantadores. La poesía de Luna, melancólica e intimista. La de Unai Velasco, muy personal y contenida, como si pugnara por salir de una manera más violenta pero la frenara cierta timidez. Mención especial a Marisol Salanova por organizar tanto la interesante mesa de debate como el evento en general, y a Javier Castro por su finísimo sentido del humor, su sabiduría y sus historias divertidísimas sobre compañeras de piso. Fue un placer, como siempre, estar rodeada de buenas personas y mejores artistas. O al revés. Murcia, qué hermosa eres, pero con la cercanía del verano, ardes como el propio infierno.
CON TAL DE NO ESTAR SOLOS
Con tal de no estar solos
andamos con locos, con idiotas y borrachos,
con mujeres vacías o de moral dudosa.
Mentimos a los padres,
juramos en vano,
entregamos la piel y comprometemos nuestros sueños.
Cruzamos la calle a ciegas
con el primero que nos da la mano.
Con tal de no estar solos
montamos una gran farsa a la que llamamos AMOR
(así, con mayúsculas)
Sacando conejos muertos de una chistera, barajando con trampas nuestras cartas y haciendo trucos malos con espejos
para no darnos de bruces con la realidad
y alejar de nosotros el miedo
a estar solos.
Porque, con tal de no estarlo, o de no parecer que lo estamos,
pasamos hambre, despilfarramos dinero,
oímos sin escuchar,
abrazamos sin abarcar,
y nos convertimos en autómatas desesperados,
olvidando lo hermoso que es disfrutar el momento, relajarse y esperar a que las cosas, sencillamente, sucedan. El olor a jazmín de las noches de verano y el hallazgo inesperado de lo auténtico, que nos ha de encontrar desprevenidos, despojados de artificios, sin adornos, desarmados y tranquilos. Liberados de todo lo que pesa y esclavos de lo vaporoso, lo ingrávido…
Dejarse llevar…
Pero con tal de no estar solos,
ni siquiera un momento,
seguimos buscando y seguimos fingiendo.
Maquillamos lo que se ve, y lo que no también,
por temor a que descubran nuestros defectos
y la fragilidad que se esconde tras ellos.
Nos apremia el desamparo, la angustia y la prisa…
de modo que nos devora la noche y nos sorprende el día,
casi siempre en el lugar inadecuado
donde un incómodo silencio
y un dolor punzante en el pecho
nos reprochan una y otra vez
todas esas tonterías que hacemos
unos y otros
aquí y ahora
mañana y siempre
con tal de no estar solos.
Ana Elena Pena
2 comentarios:
Hacía tiempo que quería tener copia impresa de este poema... Me encanta, gracias por compartirlo.
es hermoso!!!!
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