domingo, diciembre 27, 2009

LOS AMANTES

-Me tengo que ir-, dijo, como tantas otras veces antes de medianoche. Me mordí los labios y al escuchar el golpe de la puerta dejé caer pesadamente la cabeza sobre la almohada, visionando un imaginario carrusel de cuna donde, en vez de juguetes, giraban sobre mí todo tipo de dudas, preguntas y obsesiones.

¿Cómo será ella? O mejor dicho, ¿por qué la prefiere a mí? . Entonces me gusta imaginarla tal y como desearía que fuera. Fea y repulsiva. Sí, fea como un demonio, con nariz ganchuda, piel descamada y granos en la barbilla. Los ojos pequeños e iracundos, o vagos y somnolientos. Tendrá las piernas zambas y los muslos en guerra permanente contra la celulitis, las tetas pequeñas y arrugadas, como pellizcos a mala fe.

Al oirle llegar a casa le gritará, le hará mil reproches, le pondrá cara de vinagre, le negará un beso y el deseará entonces haberse quedado conmigo toda la noche, amarrado a mí.
Pero quizá ella no sea así. Quizá sea una mujer hermosa con carita de porcelana, y le espere con una sonrisa que irradia luz, abrazándole con todos sus sentidos y embriagándolo con ese olor dulzón y avainillado que desprende la familiaridad y el amor profundo.

Ella es la legal, la princesa del cuento, la que puede quererle a la luz del día y abrazarle en las aceras cuando el semáforo pinta en rojo. Yo soy la pordiosera, la invisible, la que se mueve en el alcantarillado de los quereres prohibidos como una rata hambrienta de las migajas y las sobras ajenas.

Su nombre resuena alto y claro, brillante y limpio, musical en cada sílaba. El mío es apenas un susurro impronunciable en el filo de la boca que casi puede escupirse.
Vuelvo a martirizarme pensando en lo que vendrá después… Se irán a la cama, juntos, ¿y entonces? Sinceramente, ojalá fuera una frígida insoportable y arisca, o una sosa de manos torpes, aliento fétido y piel velluda y fofa.

Pero…¡oh, no! Puede que no sea así. Seguramente ella es una diosa complaciente, una laguna de melocotón, latiente y adorable, y él sólo busque en mí un refugio sucio, una pequeña perversión, como un niño travieso, cansado de su mundo de maravillas, al que regresa una y otra vez porque es donde verdaderamente pertenece.

Quizá busque simplemente algo que le reafirme una y otra vez en su infinito amor por ella, necesita cerciorarse de que nada ni nadie es comparable a lo que ella tiene, a lo que ella le ofrece y le hace sentir.

A lo mejor es una mezcla de ambas…Puede ser bonita pero impertinente, o bobalicona. Puede tener nariz de hipopótamo, dientes de caballo pero ser una excelente conversadora y una mejor felatriz.
Quiero dejar de pensar en ello, pero no puedo…El carrusel gira, y gira, y gira…las lucecitas y su tintineo me deslumbran y no me dejan dormir.
Me siento como un secreto vergonzoso. Estoy asustada. Intento mantener las distancias cada vez que él intenta abarcarme más y más. Porque, ¿y si me equivoco? ¿Y si encuentra en mí lo que ella no puede darle? ¿Y si busca escapar de un mentira, de una realidad mediocre que lo atenaza y desespera? ¿Y si tiene tanto miedo como yo de declarar abiertamente lo que le quema por dentro? ¿Cómo puedo saberlo?
No, no quiero saberlo…no quiero saber si soy ganadora o perdedora. Las certezas no son siempre un alivio.
Puede que se trate de una pequeña fuga afectiva. Sí, es posible que sólo sea eso, yo también se lo que es. Es como tener un gran globo, redondo y rosado, lleno de amor por una sóla persona. De repente llega alguien con una aguja y lo desinfla poquito a poquito…es un silbidito imperceptible, agudo y regular… Debes taparlo inmediatamente, antes de que el globo se arrugue, se deshinche del todo y tu amor se disperse…

Estoy aturdida, dolida… Aún así, volveré a verle, y dejaré que me posea hasta el límite que yo misma he marcado. Porque él también es mi secreto, mi pordiosero de nombre impronunciable, mi amor de alcantarilla. A mí también me espera en otro sitio un amor imperfecto, del que él todo desconoce. Y a lo mejor también mi amante se hace las mismas preguntas insidiosas que yo:
“¿la apretará con mi misma fuerza?, ¿roncará como un cerdo después de follarla con cuatro empujones? ¿tendrá una polla enorme, insaciable, o un cacahuete mustio y diminuto?, ¿será grosero con ella, la tratará con indiferencia y desprecio, o por el contrario, con ternura y pasión?, ¿la escuchará con atención mientras ella le habla?, ¿o la ignorará con aires de condescendencia y superioridad?,¿le olerá el sobaco a tigre muerto, o será su pecho una selva de hormonas que la pondrá cachonda nada más levantarse la camiseta?".

También le devorarán las dudas, como la carcoma, tanto como a mí. Sentirá esa angustia a empezar de cero, a equivocarse, y no tener una segunda oportunidad con el amor que dejó atrás…toda esa mierda.

Querrá ser amado a la luz del día, ser besado en los pasos de cebra y desayunar en compañía sin que el café le sepa amargo y las tostadas se vuelvan cemento en su estómago.
Mientras acaricio los restos de semen que ha dejado en mis sábanas, y recuerdo la desesperación con que nos abrazamos el uno al otro, me doy cuenta de que no importa lo más mínimo como sea ella, ni cómo sea él.
Los incompletos, los imperfectos, los tiranos, somos nosotros dos.

7 comentarios:

La Petite Coco dijo...

jo! me encanta como escribes...

La Petite Coco dijo...

jo! me encanta como escribes... :_)

PRU dijo...

Aunque desaparecido, sigo pensando en algun@s, así que de corazón te deseo lo mejor para el próximo año !

Besos erótico-festivos ;) !!!

Violence * dijo...

buenisiiimo !

Martha Graciela Zamudio Rivera dijo...

bello...

Anónimo dijo...

JA , VERIDICO, FUERA DE REALIDAD, JA NO HAY CIELO SIN UN AMANTE.........

Reina Azúcar dijo...

Debería imprimir este post y darselo a leer a él... tal vez así se esclarecerían mis dudas... aunque, sinceramente, quien sabe si eso sea lo que realmente quiero. Mantengamos el misterio!!!