martes, julio 25, 2006

ELOGIO DEL AMOR MEDIOCRE

Desde tiempos inmemoriables, tanto la literatura, como la poesía y el cine, se han encargado de ensalzar y exaltar las virtudes del amor romántico, apasionado, ese que en ocasiones adquiere dimensiones heroicas y salpica la pantalla de sangre, suicidios, batallas y sugiere su continuidad más allá de la muerte. Puede resultar trágico, desgarrador, enternecedor, cómico, arrebatador o ridículo, pero siempre juega con la baza del exceso, abusando con frecuencia de los sentimentalismos….

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Hoy romperé una lanza a favor de una clase de amor mucho más cercano y conocido, que prolifera como los hormigueros allá donde vamos. Hablo de un amor a pie de calle, que acecha en cada esquina y cada bar, y que a todos nos ha acompañado, o nos acompañará, alguna vez en la vida.
Me refiero a los amores vulgares…mediocres…Y no quisiera llamarlos así en tono peyorativo. Porque también son ligeramente cálidos, sosegados y sorprendentemente honestos, y pueden resultar ser, incluso, la mejor opción.

El amor vulgar no deja un sabor amargo cuando llega a su fin o se interrumpe. Es un mar en calma, nunca tempestad.
No te tiembla la voz, ni te bailan mariposas en el estómago ni te suben burbujas por la garganta cuando te llama…, pero tampoco te abruma la desesperación y la inquietud cuando no te coge el teléfono.

Tampoco se te eriza la piel cuando te acaricia, ni chirrían los muelles de la cama durante horas, pero el sabor de la traición, si abrazara otro cuerpo que no fuera el tuyo, tampoco sería un puñal de acero en el pecho, acaso un ligero pellizco acompañado de una pequeña desazón.

El amor mediocre supone largos y tediosos silencios en compañía sin preguntarse en qué piensa el otro. No es, en ningún caso, espera angustiosa si se retrasa en la cita, ni platos rotos ni copas derramadas, no supone lágrimas calientes y llamadas a deshora a los amigos entre hipos y gemidos, ni siquiera es motivo de noches de insomnio rumiando malentendidos.
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Cuando llega a su fin, podemos mirar las fotos viejas sin que se nos encoja el corazón y sin sentir un ápice de nostalgia . Tampoco nos invade el deseo de romperlas o prenderles fuego lanzándolas por la ventana o ahogándolas en la taza del báter.

El amor mediocre no deja una huella indeleble, tan sólo te erosiona en las capas más superficiales, de manera que hay posibilidad de regeneración sin tener que andar por ahí en carne viva, como sucede con otros tipos de amor, nada aconsejables.
El amor mediocre no duele, no mancha, se consume lentamente, y se puede compaginar a la perfección con todo tipo de actividades. No provoca bajas por depresión, ni te hace llegar tarde al trabajo, ni te obliga a evadir tus responsabilidades.
No te hace enloquecer, tampoco te apesadumbra. No da fiebre, ni naúseas, pero tampoco te insufla vida.

Con el amor mediocre, las ausencias del otro no se hacen eternas, pero la eternidad tampoco cobra sentido en un beso.

A veces ni se sabe cómo empieza, ni siquiera cómo y cuando acaba…Y con frecuencia se nos olvida cómo transcurre. Simplemente aparece, simplemente pasa, simplemente acaba….Pero no tiene por qué ser así necesariamente, de hecho con frecuencia tiende a instalarse para siempre en nuestras vidas, como un pequeño parásito cuya picadura apenas sentimos…Puede incluso dar sus frutos y regalarnos niños llenos de mocos, tardes enteras de sofá y domingos en el parque.

Discreto, silencioso, el amor mediocre no entiende de gritos ni portazos, ni de puñetazos en la pared y comentarios maliciosos. No entiende de cartas ni de mails encendidos de reproches empapados de rabia y amargura….., ni tampoco entiende de líneas cargadas de palabras dulces.
No empalaga, pero tampoco agria…. No ilusiona, pero tampoco desespera.
Es perfecto.

Dios nos libre de los amores mediocres.

O no.
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8 comentarios:

DannyBoy dijo...

Ojalá...

NyT dijo...

no creemos mucho en el amor mediocre, sino en el que se renueva

últimamente hemos acudido a cierto porno y decidimos hacer un blog con enlaces y opiniones

eres bienvenida (somos un matrimonio, creo que no iba quedando claro)

Anónimo dijo...

Antes sola que con una amor mediocre.

Anónimo dijo...

bueno, una amor mediocre que no sea eterno a todo el mundo le puede venir bien...

Un amor mediocre de fin de semana que dure una noche o un mes y que puedas dejar y recuperar cuando quieras (a eso antes se le llamaba "ligue" o "rollo") es más un parabién que una desgracia.

Hay que ser práctica.

[w]

Anónimo dijo...

Yo siempre he sido muy enamoradizo, convirtiendo la mayoría de mis relaciones en amores, algunos bastante insomnes y otros demasiado superficiales, pero la mayoría por encima del nivel 'mediocre' del que hablas tú. Debido a ello, las he pasado muy putas, he llorado ríos y mares y he llegado a conocerme bastante. Continúo enamorándome a golpe de flechazo, pero ahora utilizo más la cabeza, tanto para desarmar los ataques de mi diablillo interior y sus dudas, como para sopesar más adecuadamente los pros y los contras de una relación duradera. He aprendido a vivir con mi forma de enfocar las relaciones y, después de muchas batallas perdidas, ahora puedo tomarme las cosas con la calma que me otorga el hecho de ser veterano de 'guerra' :-)

Amadeo Iracundo dijo...

sinceramente, yo creo que todo esa estupidez del enamoramiento romantico que absorbe sesos, o mejor dicho el idiotizamiento, se debe por el echo de que las personas que se enamoran son inestables o no atraviesan un buen momento, y se aferran a la pareja como un clavo ardiendo, eso lo unico que consigue es que exista una dependencia total y completa por parte del otro individuo, podriamos denominar esto relación arrastre, siendo uno el que arrastra al otro y no siendo dos individuos equivalentes. vamos que si hubiese un poco más de sentido común habría más solteros felices y menos resoluciones a lo "celestina", calistos muertos por el amor de su amada (o mejor dicho por la impaciencia de esta lanzandole la armadura), ni melibeas suicidandose por la muerte de su amado. pero así es la vida, y las tragedias griegas siempre han vendido, así ke no es nada nuevo, no es un invento reciente como el viagra, es algo que acompaña al ser humano desde siempre, la tragedia en el amor, llevado por la estupidez desesperada, o la desesperada estupidez, paradoja de paradojas.
besos guapa!!

Anónimo dijo...

totalmente de acuerdo con el Iracundo. Soltería forever!

[w]

Nigromante dijo...

Todo muy bien en tu texto axcepto una cosa: la denominación. Estas hablando de un tipo de vinculacion como dicen en otro comentario: "un rollo", "un ligue", o cualquiera de los otros nombrecitos, pero "amor" auqnue le agregues "mediocre" al costado, queda grande para referirse a esta simpatica forma de vinculacion.