domingo, mayo 01, 2005

El pastel del diablo

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"De pronto alzó los ojos al cielo y se dio cuenta de que estaba completamente sola en el mundo, sin más compañía que aquel motorcito invisible que fabricaba imágenes por dentro de su cabeza. Pero lo pensó con orgullo, y de aquella soledad le brotó un chorro de fuerza dolorosa y desconocida.(...). Era una sensación de poder casi diabólico, que la convertía de verdad en la mujer de blanco con la antorcha en la mano. Comprendió que solo ella misma podía darle cuerda a aquel motorcito maravilloso de su cabeza, que de vez en cuando se le paraba, como un gramófono sin cuerda, y le dejaba con el mundo a oscuras. Ahora ya lo sabía; nadie iba a ayudarla a agarrar la manivela, pero tenía toda la vida por delante para aprender a hacerlo.
Y el motorcito era suyo, nadie se lo pensaba robar, no había miedo."
("El pastel del diablo", Carmen Martín Gaite)

Cuando leí este párrafo, tuve que hacerlo dos veces. Quizá me equivoque, pero en la segunda lectura me pareció una metáfora optimista que hacía referencia a la locura, o más bien, a la posibilidad de esquivarla. Cuando habla de aquel "motorcito invisible" que fabrica imágenes, de la "manivela" que nadie iba a ayudarla a agarrar..., pienso en todas aquellas veces que la imaginación se vuelve contra tí y pierdes el control de tus pensamientos, como si sujetaras una sierra eléctrica que no sabes manejar y te acaba cercenando los miembros. La mente es igual de peligrosa, y como rezaba aquel anuncio de coches, "la potencia sin control no sirve de nada". En algunos momentos críticos, cierto es que nadie puede ayudarte a sujetar la manivela, si bien te pueden dar ciertas pautas, eres tú el que decides en última instancia. O no. Los psiquiátricos están llenos de gente que ha claudicado, que ha perdido el control de su manivela y las imágenes ensayan su danza macabra para su tormento, y en fin, tampoco hay que irse tan lejos para verlo, todos hemos perdido en algún momento ese control, y hemos caído presas del autoengaño o la paranoia.
-"tenía toda la vida por delante para aprender a hacerlo"- Curioso..., porque la vida te da experiencia, pero también desgasta. Cuando eres niño te hacen feliz las cosas más sencillas, y sin duda la ingenuidad y la inocencia te hace ver las cosas desde un prisma positivo. Esas armas de autodefensa psicológica ya no sirven cuando te haces mayor. Se vuelven inocuas , imprecisas e inservibles, como pistolas de juguete, y tienes que fabricarte otras, más sofisticadas, si quieres salir indemne de los embistes de la vida.
Antes por lo menos creíamos en Dios, y nos aferrábamos a la idea de que había un ser superior, que en última instancia nos libraría del sufrimiento y acabaría con todos nuestros males, bien sea en la tierra o bien con la promesa de una vida mejor en el otro lado...
Muchos ateos reniegan de su fe con la vehemencia de un amante despechado. En su momento creyeron, para luego despotricar contra todo aquel circo celestial al sentirse estafados, engañados, y jodidos al verse solos, incluso envidiosos y celosos de los que todavía creen y abrazan la fe, tal y cómo se sentiría el marido cornudo viendo a su ex-mujer en brazos de otro. Rabiosos de que otros disfruten lo que él en su día tuvo, y aunque desenamorado, todavía la visión de aquello le resulta obsceno. En el fondo toda esta actitud anti-religiosa oculta muchas veces un deseo oculto de resucitar a Dios, de volver a creer, pero no en ese dios castigador y represor que nos han mostrado tantas veces. Cuando dejas de querer definitivamente a alguien, no te importa a donde vaya, ni con quién, odiar a alguien significaría concederle demasiada importancia...Y si tanta importancia tiene, pues habría que replantearse muchas cosas.
En fin, yo no digo que ni sí ni que no, ni que caiga un chaparrón y se mojen los cristales de la estación, pero los míos no porque son de cartón.
Ya he vuelto a perder el control de la manivela.
Que cada uno se consuele como quiera, o mejor dicho, como pueda.

"Y el motorcito era suyo, nadie se lo podía robar, no había miedo."

3 comentarios:

Dr.mongole dijo...

Ahora que mencionas la cancion de la birgen (sic).
Estoy muy interesado en el paleocristianismo, y en como el imperio romano se convirtio en el imperio de la iglesia, porque Roma, la gran puta de la antiguedad, no desaparecio, Roma se transformo en lo que llamamos hoy "la iglesia catolica".

La division administrativa de la iglesia (prelaturas y demas) y la de la jerarquia (obispos, arzobispos y toda esa mierda) es una evolucion de las divisiones administrativas de Roma.

Bueno, a lo que iba:
"Que llueva que llueva la virgen de la cueva" Es una evolucion de los antiguos canticos a la diosa tierra para pedirle lluvia.
En antiguamente las figurillas representando a la madre tierra se alojaban en cuevas y bovedas (con todas sus implicaciones uterianas) y de ahi lo de "virgen de la cueva".
De ahi tambien la cantidad de "virgenes de la cabeza", antiguamente, al badajo de la campana se la llamaba "cabeza", y las figurillas votivas de la madre tierra se enterraban bajo una campana o similar (utero de nuevo).
De ahi la cantidad de "virgenes" (figurillas femeninas) que se encontraban los pastorcillos en cuevas o enterradas.

Estas "virgenes" tenian las clasicas formas antiguas exagerando la feminidad (grandes tetas,caderas, etc). La iglesia, en noseque siglo, ordeno destruirlas y sustituirlas por tallas nuevas porque en su opinion "estas formas grotescas mas movian a la burla que a la adoracion".

El dr. mongole en plan erudito.
La ablacion no es suficiente.
Una histerectomia os recetaba yo a todas.

ana elena pena dijo...

no se haga el duro, dr.mongole, que sabemos que en el fondo es usted un trosico de pan mojado en leche...

Dr.mongole dijo...

A ti si que te voy a mojar en leche...usteyamentiende...

No diga esas cosas de mi que esto lo lee mucha gente y tengo una reputacion que arrastrar.