"La culpa es de las madres...

que las visten como putas".


Si ya dan vergüenza ajena los concursos de belleza para mujeres, los desfiles para niñas son para mear y no echar gota. Y es que los americanos son así de incongruentes, tanto proteger al menor, tanto tabú con el sexo, y luego nos encontramos con este tipo de espectáculos dantescos, donde exhiben a las niñas como objetos sexuales.
En realidad, de tan bizarro que es, resulta divertido, a ver si importan la moda a España, que con las minifolcklóricas y las imitadoras small-size de Shakira en "Lluvia de estrellas" no tuvimos suficiente :-/
La madres parecen estar encantadas de lucir a sus hijas como si fueran barbies en miniatura, y son las que les enseñan a maquillarse, y a ensayar sonrisas falsas y gestos seductores.
Tacones, minifaldas, pestañas postizas, bikinis, tops..., bailes sexys.... en fin, material legal para satisfacer los deseos onanistas de cualquier pederasta.
Y de muestra, un botón, fijaros este video, donde las pequeñas aspirantes a zorrones de discoteca lucen unos maquillajes tan artificiales y exagerados como sus pelucas de bucles.
En el segundo 00:34 se puede observar como agarran avariciosamente con sus manitas los billetes ganados gracias a sus gráciles movimientos de caderas y sus poses sensuales dignas de una top-model:


Observen esta tierna foto de mi infancia ¿creen que podría haber ganado algún concurso de belleza? :-D. Por mucho que se empeñara mi madre en ponerme vestidos, yo tenía el aspecto de un NIÑO. Al menos mi escasa feminidad me ponía a salvo de miradas lúbricas.



En este otro, una niña de moño rubio y congelada mueca que pretende pasar por sonrisa complaciente pero parece más bien un gesto de asco, apenas puede moverse a causa del collar de brillantes pegado al cuello que porta taaaan elegantemente, junto a ese pomposo conjunto fucsia furcia que tanto la favorece.
Las poses de las niñas de los últimos segundos son, cuanto menos, inquietantes, casi tanto como su bronceado.

Me cuesta imaginar la adolescencia y juventud de estos engendros de Barbie Malibú, tan familiarizadas con la cosmética y el "glamour", niñas hipersexuadas que aspiran a ser las reinas de la belleza con menos de diez años.
Imagino empujones en las escaleras, intrigas, rumorología, comparaciones, rivalidad insana, noches enteras aplicándose cremas y cepillándose coquetamente el pelo mientras repiten frente a su imagen:
-"espejito, espejito, ¿quién es la más guapa del insti?- en fin, todas esas cosas tan propias de las chicas presumidas, que con 25 años ya se verán viejas.

Yo, la verdad, no veo mucha diferencia entre vestir a las niñas como las de estos vídeo y vestirlas como las de esta ilustración de Robert Veze, dejando a un lado las escandalosas connotaciones políticas.
Al menos esta última es más original.