domingo, enero 09, 2005
Rituales dionisiacos, automutilación y culto al diablo
Fotg. Marilyn Manson
Rudolf Schwarzkogler presentaba a jóvenes varones víctimas de sacrificio, en ocasiones heridos en sus genitales, yaciendo en postura fetal enmedio de cartuchos y cables eléctricos. Hermann Nitsch (www.nitsch.org), que aún sigue en activo con su ya famoso “Teatro de Orgías y Misterios”, sacrifica piezas de matadero para realizar rituales dionisíacos donde la sangre y las vísceras de los animales adquieren un protagonismo absoluto, en combinación con música y pintura. Estos ritos tienen su base en la tradición europea y la cultura judeocristiana, cuyo dios Yahvé exigía sacrificios de animales. La sangre de Jesús es sagrada, la seguimos bebiendo, simbólicamente, como promesa de redención y vida eterna, en un acto de canibalismo como es la comunión, donde también comemos su carne, representada por la Hostia, el pan de cristo. Billy Curmano pretendía redimir de una manera simbólica la violencia mundial virtiendo su propia sangre sobre un globo terráqueo, enunciando los nombres de los paises en conflicto bélico.
Marilyn Manson (www.marilynmanson.com), líder de un revolucionario grupo de rock que ha removido las conciencias de la hipócrita sociedad puritana americana con sus convulsivas y sarcásticas letras, ha incorporado a sus actuaciones musicales un espectáculo teatral de ritmo satánico acompañado de una impresionante puesta en escena terrorífica, irreverente y glamourosa a partes iguales, algo que ya hizo en su momento el veterano Alice Cooper(www.alicecooper.com). Espectáculos que según sus detractores cristianos más enfebrilecidos incitan a la violencia, a la promiscuidad y al asesinato, convirtiéndoles, a él y a sus “Spooky Kids”(niños espeluznantes)en adoradores del diablo,en mesías del apocalipsis. Las cicatrices provinientes de salvajes cuchilladas que su líder Manson luce sobre el torso no dejan lugar a dudas del impactante mensaje que trasmite su peculiar filosofía, que nada tiene que ver con el demonio, sino con la reivindicación de la libertad, la individualidad y el disfrute de los placeres carnales sin remordimientos, algo que difiere completamente de ciertos dogmas religiosos. Volviendo al tema de la autolesión, citaremos algunas palabras sobre el tema de la psicóloga Brenda Love (http://www.kinkybooks.com/books/bk098.htm)
que pueden arrojar algo de luz sobre estas prácticas, cada vez más habituales en el arte de acción contemporáneo. Según ella, y tal y como cita en su “Encyclopedia of Inusual Practices”, “el hecho de cortarse provoca una sensación de intensidad, una muestra del poder personal sobre el destino del propio individuo. La cicatriz de la persona actúa como una constante afirmación de este nuevo poder sobre el dolor y la tragedia.”,sostiene asímismo que “cortarse siempre ha sido una forma de cura emocional. Hoy en dia mucha gente en instituciones psiquiátricas, hospitales y prisiones se corta como una forma más de autolesión. Los motivos de este tipo de comportamiento son diversos, pero muchas personas sienten que esos actos les ponen de nuevo en contacto con su cuerpo, para así volver a sentirse humanos. Le faltó pronunciarse acerca de aquellos que se provocan esas lesiones en un escenario, ante la mirada del público, y quizá hubiera llegado a la conclusión de , si el arte es el mejor camino hacia el entendimiento de una cultura, como dice John Denewey, no cabe duda de que la nuestra es una sociedad enferma, o cuanto menos, doliente y confusa. En un ritual de autolesión, el público con frecuencia sufre con el afectado, debido a una suerte de empatía que obliga al espectador a identificarse con el actor, lo que puede desembocar felizmente en una catarsis liberadora o traducirse en un rechazo visceral cercano al pánico o la angustia, pues la presencia de la sangre en el ser humano lo conduce a una situación de alerta, de huida o de auxilio. Paul MacCarthy, que es ligeramente posterior a los acccionistas vieneses, ridiculiza estas acciones tan extremas utilizando sustancias como tomate frito o pintura para simular la sangre, descontextualizando y pervirtiendo los rituales. Aunque no llega a la autolesión propiamente dicha , no por ello su trabajo deja de ser, cuanto menos, chocante, rozando la perversión más aberrante y coqueteando con parafilias sexuales de todo tipo. En el video “Sailor´s meat” aparece en una habitación de un hotel con bragas negras de puntilla manchadas de sangre y una llamativa peluca rubia. Se tumba plácidamente en la cama mientras simula follarse pilas de carne cruda y hamburguesas, con el pene pintado de rojo y un perrito caliente o hot-dog metido por el culo. En “My doctor”, rajaba una máscara de goma que llevaba en la cabeza para hacer una apertura en forma de vagina a través de la cual daba a luz a una muñeca cubierta de ketchup, representando el nacimiento de Atenea a través de la brecha del cráneo de Zeus.
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