Nunca sabes con total certeza si lo has superado definitivamente...
A veces te lo preguntas mientras untas la mantequilla sobre las tostadas del desayuno.
O cuando tienes sobre ti un cuerpo sudoroso y tú permaneces inerte.
Te asalta la duda cuando despiertas en mitad de la noche con sabor a sangre en la boca.
Ojalá esos bombardeos se conviertan un día en fuegos artificiales.
!No quema! ¡No duele! ¡Puedo abrir los ojos!
¡MIRAME, ESTOY DE PIE Y NO TENGO MIEDO!
Es imposible calcular el alcance del daño. No estás segura de cuantas capas de piel han sido ya abrasadas.
Te gustaría quitártelas una a una y cambiarlas por otras nuevas...como hacen las serpientes.
Pero sabes que mudar la piel y alejar las cicatrices supone renunciar a algo tuyo.
Te voy a contar un cuento...
Es la historia de una niña que se crió con lobos. Un día se hizo mayor y conoció a un príncipe. Pero éste, en vez de darle un beso, le insertó un palo en la vagina y la dejó desangrándose en mitad del bosque, creyéndola muerta.
Pero la niña no murió, cogió el palo, lo talló y lo convirtió en escoba. Se volvió bruja y aprendió a volar.
Ana Elena Pena ("Hago pompas con saliva". Editorial Melusina 2011
1 comentario:
Me encantas
Publicar un comentario