
Extraño weekend...
Tras 8 horas de viaje en bus y las pruebas y ensayos pertinentes, ejecutamos el concierto en la sala Gazteszena... De todo había, gente sin complejos, gente con ganas de divertirse, gente aburrida de por vida, y gente que toma la vida tal y como viene. Donosti es especial y sus gentes también.
No hay otro modo...
Después, el domingo en la sobremesa, en casa de Aurora, una distendida charla de lobas heridas, desviadas, degeneradas y regeneradas.
Tengo una mano tonta, la derecha, que siempre se lleva la peor parte de todos los designios del destino. Arañazos, golpes, cortes, rasguños, moratones, y esta vez, gracias al café hirviendo, una quemadura de segundo grado en el pulgar. Varias capas han sido abrasadas. Mi accidente doméstico del año, que ya tocaba....ahora puedo respirar tranquila, que los malos hados me dejarán en paz.
Mientras tanto, seguíamos charlando sobre lo que sí y sobre lo que no, de lo sustancioso de lo insustancial, de pequeñas batallas e infortunios, destacando la afilada lengua de Itzíar Ziga, autora de ese "Devenir Perra" que espero encontrarme pronto en el buzón.
El lunes, visito la farmacia para pedir una pomada, le enseño el brazo magullado a la señora farmaceútica y sus ojos no pueden detenerse únicamente en la quemadura, sino que escrutan el resto de cicatrices que cruzan mi brazo. La observo retirarse hacia atrás discretamente, con una expresión en su cara mezcla de lástima, de miedo y de algo parecido al asco. El abismo le devolvió la mirada.
Soy toda cicatrices, pero sobreviví, empezando por mis rodillas y acabando en mi frente, una constelación de pequeñas marcas cuentan una historia para no dormir. El cuerpo tiene su memoria, incluso las subidas y las bajadas de peso, que se manifiestan en forma de estrías, redondeces y huecos, están contando algo. Un cuerpo de quince, de veinte, apenas esconde misterios, pero los años, lentamente, se clavan en tu carne formando un complejo mapa, algunos de los cuales conducen a un tesoro. Otros te engañan, y te conducen al mismo punto de partida..., una lástima. Yo he leído en cuerpos así.
Anoche, la señora farmaceútica tendría algo que contar a su aburrido marido, y luego se darían la vuelta para dormir, pensando en lo afortunados que son dentro de sus cuerpos casi impolutos, sin marcas de guerra. -"¡Pobre chica!"-
No, pobres de ustedes, que a estas alturas de su vida aún no vivieron!
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Fotos de Donosti LGTB, con las Medeak, Transmedeak, Kattalintxo, Chulazas, Itu, y demás fauna y flora: