martes, marzo 25, 2008

Hola, cariño...


Quiero besarte hasta quedarme sin aliento, chup..rtela hasta atragantarme, cabalgarte hasta sentir mil agujas clavándoseme en las ingles y luego cortarte el pelo mientras duermes, como si fuera una perversa Dalila, esperando que despiertes manso y despojado de toda fiereza.

Te odio.

Si no es mucha molestia, me encantaría lavarte los pies con mis lágrimas de cocodrilo, y secarlos con mi cabello, como María Magdalena. Pero jamás me arrepentiré de ser prostituta, porque eso, al fin y al cabo, es lo que me ha ayudado a sobrevivir.

Quisiera también poder practicarte una lobotomía para que fueras por siempre un esclavo sumiso, complaciente, para que te convirtieras en una prolongación de mí misma, y yo en una prolongación de tí, para que tú dejaras de ser tú y yo dejara de ser yo.
Te la haré con la misma aguja con la que he estado tejiendo durante siglos aguardando tu regreso, como una apocada y esperanzada Penélope, recibiendo a cientos de Ulises que decían ser tú. No lo pasé tan mal..., en serio, resultó maravillosa y excitante mi odisea de las 11.000 vergas, pero te esperaba a tí, solo a tí, e inevitablemente, asocié sexo a engaño, a decepción.
También a placer, pero el placer es efímero y el amor, al parecer, no tanto.

Pero todo eso ya no importa. Ahora estás aquí y tenemos que empezar de cero.

Dejaré, a cambio, que leas mis diarios, mis notas íntimas.... escritas con lápiz, con rotuladores de colores, que toques con los dedos los dibujos hechos con sangre, te señalaré los textos borrosos por las lágrimas y aquellos que escribo bajo la influencia de los más perniciosos tóxicos.
Cuando te des cuenta de que tengo más de Charles Manson que de Marilyn Monroe, en vez de huir como alma que lleva el diablo, te quedarás a mi lado, y, sin rechistar, aceptarás ser mi compañero de viaje. Me acariciarás los hombros con polvos perfumados y me preguntarás donde he estado durante todo este tiempo...

Estaba aquí. He estado aquí todo el tiempo. Tras las cortinas de tu estupidez.

Vámonos a la feria. Quiero algodón de azúcar y un paseo en el tren de la bruja.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante reflexión, como siempre. Lamentablemente, no existe esa persona que buscamos, sólo la idea romántica. Las fantasías dejan de serlo cuando se convierten en realidad. Pero a la vez, es la fuerza que nos mueve. Una persona sin sueños está muerta.

Vedast dijo...

Yo diría que lo que mata es no ver los sueños cumplidos.

Anónimo dijo...

deliciosamente perturbador

«_Zaír_»™ dijo...

Me gusta, porcierto Ana, a ver si nos hablas mas de tu vida, cosas turbulentas de tu vida, soy amante del porno emocional, jeje, como tu lo llamas en uno de tus textos, aunqe claro, no todo el mundo esta dispuesto a hacer porno emocional...sin duda excitante...

Un beso.

ana elena pena dijo...

hablar de pornografía emocionaL yo? sin cheque de "Donde estás corazón underground" de por medio?
Bah...paso ;)

Lord Derfel Cadarn dijo...

Interesante testimonio-relato. Cuando uno escribe este tipo de cosas a veces duda de si lo ha escrito uno mismo o simplemente un personaje ficticio creado por nuestra propia imaginación... o una mezcla de ambos (a mí me pasa a menudo). Creo que es algo que provoca cortocircuitos en nuestro microcosmos y hace que seamos como finalmente somos... Uy! qué mal me explico!

Anónimo dijo...

Vamos a ver, Ana... ¿de qué pie cojeas? O, mejor, ¿de qué pies cojeas?. Aquí hay algo que claramente se desdice, y no querría apuntara nada en concreto. Relájate. O, mejor no, no, disfrútalo.

ana elena pena dijo...

puntual cumplidoraaaa

del tercer mandamientoooo

algún desliz inconexo

buena madre y esposa

de educación religioooosaaaa

Vedast dijo...

Y si no fuera por miedo
sería la novia en la boda,
el niño en el bautizo,
o el muerto en el entierro,
con tal de dejar su sello.

Anónimo dijo...

que bonito, nena