
Con frecuencia sobreestimo mi resistencia a los golpes, y para cuando me doy cuenta, tengo las costillas rotas, y eso no hay vendaje que lo remedie, sólo queda esperar a que cese el dolor y los órganos vuelvan a su sitio.
Tengo el hígado cansado de beber sin festejar nada, el estómago me duele de ayunos y excesos, los riñones han dejado de filtrar palabras malsonantes, comentarios maliciosos y pensamientos dañinos, el corazón parece estar en una caja de vidrio con un letrero que pone "sólo en caso de emergencia" (y no me atrevo, ni siquiera encuentro el martillo), y los intestinos, uff....los intestinos es lo único que me queda para hacerme una soga y colgarme de un manzano. ¿que para qué me colgaría de un manzano? Para que me confundieras con una manzana y pensaras que has descubierto algo, algo no obstante investido de gran gravedad.
Tú estarías medio dormido, bajo el árbol, leyendo algún libro insustancial, y yo caería sobre tí haciendo zig-zag, como una plumilla, pero esta fatal atracción no tendría nada que ver con las leyes de la física, sino de la metafísica, y entonces...entonces descubrirías una nueva ley que, no te haría millonario, pero te haría feliz...
cosa mía,o te repites?
ResponderEliminarEs el mismo texto que puse en el fotolog hace unos días.
ResponderEliminarYes.
:-)
buf, que importa las veces que lo repitas, no me cansaría nunca de leerlo......!!!
ResponderEliminarI´m lovin it...
ResponderEliminarHola Ana, acabo de descubrir tu blog. Soy Daniel Bartual, te agrego a mis enlaces y tal ;)
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